La teoría del Yin y Yang es el eje y marco de la medicina tradicional china. De la observación de los fenómenos naturales, surgió la idea de “opuestos complementarios”. Dos fuerzas en constante movimiento y cambio, que se oponen, relacionan, transforman una en la otra y se complementan.
Es así que al Yang se le atribuyen las características de: calor, fuerza, alegría, verano, nacimiento, etc. Y al Yin: frío, debilidad, tristeza, invierno, muerte, etc. Sin entenderse como una fuerza buena y otra mala, más bien, como dos fuerzas reales y necesarias.
El Yang es el lado de la montaña donde los rayos del sol inciden (luz) y el Yin es el lado sombreado (oscuridad).
El concepto de Yin y Yang nos ayuda a entender cómo funciona el Universo y sus seres, surgiendo la relación de día y noche, reposo y movimiento, interno y externo. Explica al ser humano, su cuerpo, anatomía, fisiología y enfermedad. Donde el equilibrio del Yin y Yang es fundamental para mantener una buena salud y la perdida de este equilibrio nos llevaría a la enfermedad.
Por ejemplo, cuando una persona realiza sus actividades diurnas, lo hace en su aspecto Yang, pero al llegar la noche y acercarse el momento de dormir, predomina el Yin. Cuando estas fuerzas están en equilibrio, el descanso y sueño sucede de forma natural, sin embargo si el Yang predomina y surgen pensamientos activos y fuertes, el cuerpo fisiologicamente rechaza el descanso y aparece el insomnio.
Así como la existencia de órganos Yin y órganos Yang en el cuerpo humano, que trabajan juntos realizando funcionen diferentes. Como el estómago y el bazo, donde uno almacena y el otro transforma el material nutritivo de la comida. Siendo el estómago Yang y el bazo Yin, y su desequilibrio podría manifestarse como malabsorción, diarrea o indigestión.
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